Sin tu sonrisa, sin tus ganas de hacerme reír. Sin tus abrazos y pocos besos pero aquellos tan importantes para mí. Te quise como un amigo, incluso como un hermano, te necesitaba para vivir, para ser feliz. Estábamos todo el día juntos. Nos hemos visto "crecer como personas" sin darnos cuenta. Yo no soy la que era y tú tampoco. Éramos tú para mí y yo para ti. Teníamos confianza, yo por lo menos te quería, más que a nadie. Porque aunque no me quieras escuchar y aunque todo esto se haya perdido... cada abrazo lo siento cuando pienso en ti, todas esas veces que me has ayudado cuando he estado mal, las sigo recordado. Porque me siento como una imbécil cuando te veo y no te puedo saludar, ni ir corriendo hacía a ti y darte un besazo, que es lo único que me apetece en el momento que te veo. Porque no me creo que todo lo que fuimos hace días se vaya como el agua entre mis manos y no me queda nada por hacer.
Alicia
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